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El blanco quería chocolate caliente para la noche. Y que le dieran un lametón a sus pollas. La tía buena llegó rápidamente a la habitación y se frotó el coño. El cliente, al encontrarla en la habitación - disfrutó de la comida, tiró de la cadena y se fue a la ducha. Y la perra se quedó esperando al siguiente dulce amante. ¿A cuántos sirve en una noche?
Las hermanas son de esos coños, a los que intentas satisfacer, ver como se los follan, y a ellas les importa un bledo, van por ahí sonriendo. Creo que todo fue rodado muy chulo, se nota que la fotografía se lo curró mucho, y el protagonista asó perfectamente a estas jovencitas, que por lo visto hace tiempo que no tienen sexo, ya que le echan una buena mano, la polla les vino de perlas, gimiendo como salvajes.